Hace muchos años, en
una tribu de Shilin, que es un lugar de la provincia de Yunan al sur de China,
vivía una muchacha que se llamaba Ashima. Era muy guapa y amable. Le gustaba
cantar y cantaba muy bien. Un día, cuando llevó las ovejas a la montaña, y allí
conoció a un muchacho llamado Ahei. El también cantaba muy bien, por eso, se
hicieron amigos. Día a día, se enamoraron.
Cuando sus padres
quisieron preparar su boda, el hijo de un hombre rico y poderoso llamado Azhi
secuestró Ashima porque él quería casarse con ella ya que le gustaba y en esa
época la gente que tenía mucho dinero podía hacer lo que quisiera. Entonces, Ahei
fue a rescatarla, Ahei era muy fuerte y valiente y lo consiguió. No obstante,
cuando estaban cruzando el río, Azhi rompió el dique del río y provocó una
inundación. Ashima fue arrastrada por la inundación. Ahei la buscó por todas
partes, pero ella nunca apareció. Ahei estaba muy triste, siempre estaba
pensando en ella y gritaba su nombre. Hasta que un día, apareció una formación
rocosa que se parecía mucho a Ashima.
Muchos años
después, la gente conmemora su amor en
ese lugar.
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